Desde hace bastante tiempo, me voy al trabajo en transporte público debido principalmente a que la oficina se encuentra en la zona centro de la ciudad y la verdad, no me imagino gastando tanto tiempo de trayecto, tanto dinero en estacionamiento y sobre todo soportar el tráfico que se vuelve imposible. El utilizarlo me da oportunidad de leer o escuchar música en esos momento y además que ahorro tiempo en desplazarme.
Afortunadamente las rutas del metro (subterráneo) que tomo, tanto de ida como de vuelta, rara vez se congestionan por lo que me resulta bastante cómodo el trayecto, pero una de esas raras ocasiones me acaba de tocar y precisamente en la estación en que transbordo a otra línea estaba totalmente saturada. Lo más apropiado es que la gente que va a subir permita que uno baje antes y generalmente te dejan un hueco al centro de las puertas para salir rápidamente, pero ahora no nos dieron la oportunidad de hacerlo y cuando casi lograba bajar, una pared humana me regresó al interior del vagón pues me tomó por sorpresa.
Y es cuando recordé mis épocas de adolescente cuando practicaba el futbol americano, en ese momento baje mi centro de gravedad y empecé a abrirme paso cual corredor que busca lograr avanzar las 10 yardas para seguir a la ofensiva. De igual forma sorprendí a esta pared humana y pude bajarme ágilmente y lograr un 1º y diez, como en aquellos tiempos y con esas sensaciones como cuando jugaba.
Ahora los días han estado normales, pero estoy alerta en ese punto pues no me vuelven a rebotar al interior.
Música: "VIP", del álbum Million del grupo Rega.